Espejismos de invierno amenazan mis pensamientos. En el primer claro me aventure a tenderlos.
Convertida en autómata seguí con la vida... días, horas, no se puede descifrar el tiempo cuando todo se ve igual.
Los pensamientos sostenidos de sus pinzas jugueteaban con la brisa.
No les preste atención, a los osados cuando se soltaron, y con las nubes se marcharon. Los débiles, que con el rocío se embriagaron, y borrachos gota a gota se lloraron, la tierra que estaba sedienta los absorbió y en flores de colores los escupió. La fantasía siempre soñadora no despertó, cuando vino un pájaro, se la llevo, y a sus crías alimento. Gorgoritos resonaban entre mis entrañas.
Recogí los recuerdos. Doblados y amontonados a un lado, para dejar sitio a la primavera, que quiere de nuevo entrar.
Pilona.